viernes, mayo 12, 2017

Ese maldito acuerdo de paz

En Colombia hay personajes oscuros bien arropados y que caen en gracia con quien tiene la suerte de contar con ese carisma que lo hace popular, uno de esos personajes oscuros y tenebrosos es Fernando Londoño. Oscuro por su pasado corrupto que le valió una destitución e inhabilidad por haberse apropiado indebidamente de un paquete accionario en Invercolsa.
Esa misma destitución en el año 2012 le sirvió para radicalizarse más en sus opiniones fascistas y de extrema derecha que asume con total gallardía, lo cual es completamente respetable por parte de quienes entendemos la pluralidad que se abre en un país democrático.

Sin embargo desde esa misma orilla extrema, en la que también militan o circulan más personajes tenebrosos como José Obdulio Gaviria, María Fernanda Cabal, Alejandro Ordoñez, el muchacho Noguera hoy preso, la conejita Hurtado entre otros tantos buenos muchachos que han caído en la gracia que los arropa la palabrería del ex presidente, salen expresiones y frases que no sorprenden a un país acostumbrado a la guerra y a matar. Venden más los periódicos en los que se cocina la sangre en primera página, estamos acostumbrados a los titulares amarillistas, a las tomas guerrilleras que se vivieron en los 90 y principios de los 2000.

Aparecen como buitres, como asesinos de la moral y sin pudor alguno llaman a volver trizas, acabar con lo que llaman acuerdos de paz, con ese lenguaje incendiario típico de los políticos fascistas de la época de Benito Mussolini quien con su política dictatorial y ayudado por los nazis infundio terror en Italia. Esta gente que sabe en su entender, que el nombre de su partido está puesto por casualidades de la vida o quizás por atraer falsos incautos que llegan creyendo en realidades fantasiosas, porque solo así puede entenderse que este partido sea llamado Centro Democrático, tal vez en eso tenga razón el oscuro Fernando Londoño, porque no es de centro ni mucho menos democrático, las decisiones están determinadas por el Senador Uribe. Es la guía y quien dirige con su carriel y acento paisa el partido que promete acabar con el acuerdo como sea.

A eso hay que apostarle, porque entendieron que el problema de Colombia no eran solo las FARC, y que más que las FARC lo que realmente acaba con nuestra sociedad es la incontenible corrupción que ocupa lugares insospechables por muchos, pero que abarca un océano completo en un país que se desangra por los malos servicios en salud, educación y calidad de vida al ciudadano del común. Entonces uno entiende que quieran con discursos basados en el odio desde una iglesia cristiana en Bogotá, que salgan los alfiles al mejor estilo de la loca de los gatos de los Simpson y otros al mejor estilo de Mussolini a pedir que se haga trizas un maldito acuerdo, ese al cual se opusieron porque su discurso guerrerista y polarizador llegaría a su fin, ahora pretenden hacer la bandera de su campaña acabarlo, porque se dieron cuenta que anti corruptos no son, en ese partido abundan y cada día se destapan más y más fechorías.


Perlas:

  • En medio de tanta incoherencia mundial y tanto populismo, los franceses nos enseñaron con la elección de su nuevo presidente que no han caído en la trampa estúpida de los fanatismos, tal como caímos en Colombia y en Estados Unidos.


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