sábado, abril 14, 2018

Costumbres


Dicen que con el tiempo las personas terminan acostumbrándose a su situación, siempre lo verán como normal y por eso no sufrirán o sentirán algo anormal, y tal vez en caso de que eso que los acostumbro deje de ser o de pasar sentirán la falta de costumbre, similar nos pasa en Colombia, en donde nos acostumbramos a un miserable conflicto que ha dejado cientos de miles de muertos a lo largo de la historia, secuestros y destrucción de la sociedad, es así como vemos en noticieros el secuestro de tres periodistas y sentimos regresar al pasado, a las épocas en las que Andrés Pastrana le entrego el país a las FARC o como dicen unos, fue engañado por la guerrilla y Colombia vivía una época de desesperación con bombas, secuestros, retenes y tomas guerrilleras.

En Ecuador no están acostumbrados a vivir esas épocas, ha sido un país más caracterizado por luchas indígenas y situaciones políticas internas que hicieron en un momento de su historia que los presidentes electos no terminaran su mandato. Por eso esta semana, cuando se confirmó el asesinato cruel de tres periodistas a manos de bandas criminales, producto de aquellos que decidieron escapar del proceso de paz, el Ecuador se levantó en una sola voz de rechazo, no están acostumbrados a aquel delito atroz en un país que no ve ese tipo de noticias en sus medios.

Nosotros como sociedad, solo recordamos épocas oscuras y nuestra reacción es sentir el mismo miedo que vivimos a finales de los 90. Ese del que los políticos se aprovechan para seguir o recuperar el poder, nos quitan las esperanzas entre bandidos, por un lado los actores armados que tantos presidentes han colocado en nuestro país, y por otro lado esos gobernantes o aspirantes que saben que la falta de costumbre a una sociedad en paz es un detonante del miedo para aprovecharse y seguir en el poder.

Somos una sociedad inmensamente violenta, nos acostumbramos a eso, lo vivimos y lo seguimos viviendo, porque los actores armados intervienen en nuestros anhelos de superarnos como sociedad, la delincuencia desatada últimamente, los actos de estas bandas criminales que se formaron luego de la desmovilización de los paramilitares y de las FARC, hacen que siempre sintamos el temor al que nos acostumbramos y esa búsqueda encontremos mesías o salvadores que nos prometen una dosis de lo mismo que vivimos en el pasado, tratando de evocar viejos recuerdos cual dos quinceañeros enamorados, en donde un país no entiende de cultura o educación, porque se acostumbró a la violencia y a exigir mano firme  contra los bandidos, siempre y cuando esos bandidos no sean amigos de quien promete esa mano firme y corazón grande.

Perlas:

  • La estupidez humana es impresionante, solo a un estúpido y además bandido, se le ocurre seguir delinquiendo cuando se le han condonado sus crímenes del pasado, solo con la única promesa de no volver a hacerlo, sin embargo el señor Santrich al parecer solo entiende de poemas y de sus fechorías.


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